Charla plegaria con Jesusito: Por los que sufren

         Hola, Jesús, hermano Jesusito ¿Como estás? 
imagino que creando infinidad de cosas bellas, 
llenas de amor, como sólo tú sabes hacer. 


      Mas regrese de mi Balneario
y sigo viendo, que los amigos se van, 
las mujeres siguen maltratadas 
y los hombres, ciegos en su ambición.
      Estamos rodeados de vida, 
y nos empeñamos en buscar la oscuridad, 
el sufrimiento y eso me inquieta. 
      No soy nadie para pedir tu clemencia: 
Por todos los que sufren el maltrato, 
la enfermedad, la pedida de seres queridos,
la injusticia de las guerras.
     Y se, que ya no es tu misión. 
Pero quiero que mi voz, se una a tu voz luminosa, 
plena de amor y al menos formemos un eco, 
una cadena de ecos de fe y esperanza.
     Y guarda, los afligidos de sus nervios 
dales toda tu paz y toda tu paciencia infinita. 
Sé, que ya has escuchado el lamento de los inocentes. 
Pero dales una señal, como me la diste a mi, 
así aliviaran sus cargas, de sufrimiento. 
                           Vale mi amor, mi tesoro escondido. 
                                       Un fuerte abrazo, 
                              de este tu humilde escribiente 
                          que solo pide amor y salud para todos.
                              Que Abba te bendiga* Jesusito

Y ahora, expodré una pequeña tesis; que he recopilado sobre el sufrimiento:

       El hecho, que tengamos algo de dolor y sufrimiento en ésta vida; es en verdad una misericordia oculta, ya que nos enseña algo y pule nuestros corazones. Para poder caminar, sobre el Sendero de la verdad, que lleva a la felicidad eterna y que comienza aquí, en la tierra cuando nuestra parte divina 
se libera de lo ilusorio.
       Debido a Su amor por nosotros, nuestro creador hace; 
que lo que nos sucede en nuestra vida, debido a la causa y efecto Sea un medio, para que podamos discernir nuestra meta última de existencia y no nos desgastemos en balde.

 Podemos cambiar, la orientación que tenemos 
hacia el sufrimiento de la vida. 
Pero no podemos evitar el sufrimiento ya que es parte de la naturaleza de las cosas y del reino terrenal. 
Pero, cuando nuestro sufrimiento adquiere significado, 
las cosas cambian dramáticamente. 
Esto sucede, cuando recordamos que el amor de nuestro creador es incondicional, y que no se deleita en hacernos sufrir, 
ni en torturarnos, humillarnos o castigarnos. 
En medio de la dificultad, encontramos la misericordia divina. 
No perdamos tiempo, en sentimientos de culpa o quejas, 
sino, esforcémonos en abrir nuestros sentidos espirituales 
y discernir la lección que debemos aprender; 
podemos encontrar mucho.

Con el tiempo, nos damos cuenta que los tesoros de sabiduría, que encontramos en el dolor, no nos hubiera sido posible hallarlos de otra manera.
Y que el tesoro que encontramos 
a nivel espiritual hace valiosa la experiencia.

  Es normal, que no anhelemos el dolor y el sufrimiento, 
y cuando suceden en nuestras vidas 
no necesitamos prolongarlos culpando a otros 
y haciéndonos reproches. 
Al abrir nuestros corazones y nuestras mentes 
a lo que Dios nos quiere decir, podemos agilizar la salida.

Salud amigas y  observar vuestro discernimiento

allí esta la respuesta.

♥♪Möùnêr Łuz entre sombras♠♪♥