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— ¡Por supuesto! Tú madre lo dejó bien claro. Ahí, en el álbum están sus memorias y así era ella, tú bisabuela.
Vivió siempre encerrada, escribir y leer eran su vida, con ese álbum empezó su gran proyecto —el gran proyecto, se refiere a escribir un libro Sagrado. Con la idea base de esperar que Dios, venga a inseminar-la como la Virgen María... —explicó santiguándose—. Luego continuo ese proyecto tu abuela y después ella misma ¡Como bien sabes! Y por esa regla, deberías continuar tú, el proyecto de ese libro. Por herencia, te toca a ti ¿No crees? —insinuó con sutileza, a ver que decía.
— No lo había pensado ¡Pero, yo no puedo...! Pretender tener un hijo en virginidad. Además..., soy un hombre —refunfuñó en tono de mofa y se puso a reír, con su forma escandalosa y jovial.
— ¡Ja, ja, ja... Ay, Hemis! Tu risa es contagiosa. Tu madre, sin embargo, tenía una risa tímida e inocente como la tuya. Pero así: ¡Ji, ji, ji! —la imitó poniéndose la mano en la boca—. Y le entraba hipo siempre. Era muy fantasiosa y aventurera; pero a la vez tímida y tierna. Su inteligencia le desbordaba, para la edad que tenía. Será algo genético, que tú también posees.
— Me encanta oírte hablar de ella. Te envidio tanto, por haberla conocido, pero dime ¿Cómo era? ¡Yo... No la recuerdo! Tengo una imagen en mi mente, pero no sé si es real, a veces, la veo al tocar el medallón —insinuo, con melancolía—. Lo que más evoco es su fragancia, como a madera de roble.
— ¡Sí! Recuerdo su aroma muy bien y tienes razón. Quizá el motivo, es que le gustaba tallar figuras en la madera. Éste báculo lo talló con sus manos y también, hizo las figuras del ajedrez para que jugáramos. Casi siempre ganaba, claro que jugaba con ventaja, ella podía ver el tablero y yo tenía que imaginarlo. Cuando dominé esa técnica, empecé a ganar. Pero vamos a dar un paseo, tengo el cuerpo entumecido —se levantó y se puso la capa.
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— ¡Claro que sí! Vamos a la piedra de Dios, ya me había olvidado ¿A ver cómo está el
cielo?
Guardó el álbum en la funda de piel, que disponía de una tira de cuero para colgárselo —supongo, que no se fiaba de dejarlo allí sólo o quizá, quería seguir mirándolo—. Lo cierto es que hacía una noche muy clara, la luna estaba en pleno apogeo e iluminaba con generosidad el paisaje. Hemis, que nunca olvidaba una pregunta no contestada. Le insistió
— ¿Como era? O mejor dicho ¿Cómo es ella?
— ¡Eres incansable! Aunque tienes todo el derecho de conocerla, aunque sea a través de mis palabras. Me resulta difícil, expresar con vocablos a un ser tan Angelical, pero lo intentare.
Es alta, como los de su raza y bien proporcionada, de senos generosos, quizá por haberte tenido ¡Sí claro! Su cuerpo cambio con el embarazo. De una joven desgarbada y escuálida, paso a ser toda una mujer. Sus caderas se ensancharon, sus piernas eran tan largas, que le llegaban hasta el suelo... —expresó en tono irónico y de guasa, para romper el hielo.
Me explico, que su cabello era pelirrojo, como dicen que lo tienen los irlandeses: Sus ojos negros, como el ébano y de forma almendrada, su sonrisa era tímida e inocente, mi intuición lo reflejaba así. Ella, se ponía la mano en la boca, para ocultar su risa, sus labios eran carnosos, pero no muy grandes. Me gustaba tocarle la cara, su piel; era fina, como la de una criatura. Poseía un hoyuelo, en su barbilla respingona y su nariz, era como la tuya; como esos bustos de las romanas ¡Ya te digo!, un ángel terrenal. Se movía con sigilo, pero no paraba quieta ni un instante, era todo un nervio...
 — ¿De verás...? Más o menos la veo así, en mis visiones y en los sueños —objetó, mientras rozaba el medallón mirando a su derecha. ¡Ya te veo, madre! Ahora sé... Que no eres fruto de mi imaginación, eres real…, casi puedo tocarte y sentir tu calor vaporoso —entre tanto llegaron a la piedra de Dios, alzo la vista y contemplo el universo.
— ¡Yo también la veo! —susurró el viejo melancólico—. Pero como está el cielo ¿Se ve la luna?
— ¡Vaya si la ahí! Como el lucero más brillante de todos, pero apenas se aprecian las estrellas. Hasta que no se ponga la luna, no podremos disfrutar de ellas. No se puede tener todo, en esta vida ¿Quieres un trago? Cogí el odre y el queso por si nos apetecía, la noche siempre me da hambre.
— ¡Bien pensado Nen -niño-! Trae-paca ese néctar celestial, a ver si entro en calor.
— ¿Que te iba a decir? Volviendo al álbum, en la pagina donde empieza madre, esta la carta de la Emperatriz y será casual pero, en la tapa posterior del libro también sale ¿Que me dices de eso?
— ¿Porqué está en la contraportada? ¡Eso no lo sé! Pero te diré lo que significa la carta: La Emperatriz III, como todos los grados tres del Tarot, significa un estallido sin experiencia. Todo lo que estaba acumulado en el grado dos, explota de manera fulminante, sin saber a dónde ir.
Es el paso de la virginidad a la creatividad... —pensó unos instantes y prosiguió—. Es el huevo que se abre a la vida y deja salir al polluelo. En este sentido, la Emperatriz, remite a la energía de la adolescencia: Con su fuerza vital, su seducción y su falta de experiencia. También representa la edad de la pubertad, del descubrimiento del deseo y de la potencia sexual.... —se detuvo para beber y quedó meditabundo.
— ¡Es curioso esto de las cartas! Coincide con lo que contaste de ella, pero sigue no quiero interrumpir tu memoria ¡Ilustradme...! —expresó con retintín y se dispuso al ritual de la María.
— ¡Refrescame los símbolos que aparecen! Siusplau -por favor-
— Tiene un cetro, con una hoja verde que asoma en la base de él y..
— ¡Sí, claro! Ya la veo. Es el símbolo del poder y lo tiene apoyado en su sexo. La hojita que crece de él; es la natura naturans, una primavera perpetua. Con las piernas abiertas, se la interpreta como una posición de parto. Junto a ella se descubre la pila bautismal, que refleja un nacimiento perpetuo.
La luna creciente que se dibuja en su vestido rojo, nos dice que la fuerza sexual y creativa no tiene su origen en nosotros, sino que es una energía cósmica y divina. Tiene un blasón con un águila macho. Y se aprecia en su cuello una nuez viril; indica que es un tanto masculina. La corona enjoyada indica inteligencia. A los pies tiene una serpiente blanca: energía sexual dominada y canalizada. Eso es todo lo que recuerdo, Noi -chico-.
— ¡Es fascinante este mundo! Pero es tarde, tendríamos que ir a dormir —declaró bostezando.
—Tienes razón mañana... Nos espera un largo camino y huele a lluvia —replicó despacio.
Se refugiaron en su cubil, arropándose con sus capas y rumiando todo lo vivido, en ese día tan fructífero. Hemis, se durmió enseguida, pero estaba inquieto y se despertaba continuamente. Pera -pedro-, por su parte dormía a pierna suelta y roncaba como un león en celo.
La mañana despertó lluviosa pero al mediodía, ya estaban en la ermita, cuando exploto la tormenta. Hemis, se despidió de Pera. Tenía que ir a Barcelona a entregar una traducción, comprar una mula y algo de provisiones para el traslado a la caverna......

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Sigue ese dialogo entre Pere y Hemis describiendo a Shelma, muy bien elaborado logras la descripción que permite visualizarla...y mantienes la atención y el interes en el lector
ResponderEliminarpor la Historia...bien mi vida....besos
que bueno pues mi tresor bell eso intento hacer y la verdad es muy complicado....gracias mi vida besotes muchotes
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