SHELMA T´astimu

SHELMA T´astimu
T´ASTIMU FILLA

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sábado, 13 de abril de 2013

Cap 5 El Diablo






   
       El primero en levantarse, fue Fígaro. Se sentó en el rincón de las flores y empezó a escribir como era su costumbre: Soy lo que se llama un buen hombre, un infeliz, un pobrecillo; no tengo más defecto que hablar mucho. Las más de las veces, sin qué nadie me pregunte. Me entrometo en todas partes como un ingenuo y formo mi opinión ¡La digo! Aunque no venga al caso, como un pobrecito.
      Dada esta primera idea de mi carácter pueril e incrédulo, nadie extrañará que hable en este rincón floreado. Tengo ganas de hablar y no sé que decir; empeñado en escribir para el público, sin saber quien es ese público.
       En una mesa, cerca de la puerta invisible hay cuatro leguleyos. No entienden de poesía pero discuten del género clásico y del romántico. Son cuatro viejos, que han agotado la fuente del sentimiento, avaros de su época. Afirman que los jóvenes de hoy, están perdidos no saben sentir como se sentía antes.
       En fin, como decía. El público no es único, invariable, juez imparcial, como pretende. Cada clase social tiene un público especial, cuyos rasgos y caracteres forman la fisionomía monstruosa del llamado público. Éste, es caprichoso y casi siempre injusto, se deja llevar de impresiones pasajeras, al menos en estos tiempos que corren.
      — ¡Buenos día, Fígaro! —exclamó, Assís muy risueño— ¿Como un poeta como Vos, despierto a estas horas? ¡Pensé que te levantarías a medio día!
      — ¡Assís, Assisa! No te burles de éste pobre escritor. Esta noche no trabajé e dormido como todo mortal. Me voy presto a Madrid, Mendizabal es jefe del consejo y mandó llamarme. Iré a ver si soy capaz de arreglar el país o llevarlo a su suicido —y soltó su típica risa sarcástica.
       — Seguro que al menos lo intentarás, amigo Larra ¿Pero donde has estado, este tiempo? Anoche no acabaste de hablar...
       — ¡Ay.... Dios! Sabes que huí de Dolores, del cólera que arrasaba y de mí madre enterrada. En abril fui a Lisboa, tomé un barco a finales de mayo para Londres. El verano lo pasé en París; en octubre visité Bélgica, en otoño regresé a París y ahora ya sabes, Madrid.
       — ¡Desde luego no has perdido el tiempo Fígaro!
       — El tiempo, mí querido amigo, Assís. Es tan efímero y a mí me queda tampoco...
       — ¡No digas eso, Mariano! Tienes toda la vida por delante y ...
       — ¡Tú lo has dicho! Tengo toda la vida... ¡La que me queda! Sabes mejor qué yo, cual es mí destino y éste finalizara pronto. Pero no te preocupes, volveré a despedirme...
       — ¡Lo sé, lo sé! Y aquí estaré esperando tú llegada, para desearte un buen viaje amigo mío.
       Hemis, despertó sobresaltado. El recuerdo del sueño o el viaje Astral, le animó a escribir como de costumbre:
       ¿Quien me presta un pensamiento? ¿Quien me ofrece una idea, para subir a la cumbre? ¿Como y cuando se puede sentir el frescor de la mañana? Intento despojarme de su velo, sin temblar ni suspirar por ese futuro; llamado destino. Que tantas veces se ha epístolado, escueta y fríamente.
       ¿Cómo y cuanto vale, el patrimonio de lo físico? que tantos otros han ósmotizado.  Divina fe, es ésta que rebufa y cruje con los destellos de la lumbre. Quejumbroso y andariego despertó nuestro futuro incierto. Pero jamás se desvanecerá, amada mía. Ni tan siquiera tras el ulular de las lechuzas, acechando sus presas sucumbidas de entre sus garras rugosas.
       ¡Que desparpajo subliminal, envuelve nuestro futuro! ¡Oh,... Botellín sagrado! ¿De donde has salido, no eras parte de un sueño? ¡Ay, querida! El repicar de las campanas, con el grito de sus nidos cigüeñales. No pueden perturbar al mundo, de un nuevo nacimiento futuro.
        Mientras tanto seguiré mí camino, con esos nuevos amigos que el Dios de los humanos me ha regalado. Puedo contemplar los bosque pasar por mi mente, con esa humedad silvestre que odora mi ansiedad; como una seta alucinógena. Pero ésta sensación, sin embargo, conserva ese olor de Anís, dejándome un sabor dulzón y no es tóxica. Hoy como otras mañanas, siento en mí un fuego interior, que colma de adrenalina mí pasión y el corazón vibra con una fuerza desbocada. Sintiéndome cerca de tu presencia e incluso, llego a divisarte en la oscuridad de nuestra cueva mágica.
       Entre las aguas del rocío, me siento frío y roto. La boira de la mañana envuelve mi cuerpo, sediento de pasión y de fuego. Ansioso de poder compartir un beso o éste mí cielo. Me protejo en sueños, en las noches lunadas  y mis huellas parecen más cansadas que antaño. Voy paseando por estos caminos de mi mente, mientras ésta, se reencarna igual que la tierra nace y muere. Como murió ésta noche, obnubilando mi sendero.
      El cantó de Mirna, dió  Luz al nuevo día y despertó su desvarío y como un sonámbulo, se deslizo por los pasillos acristalados, hasta su habitáculo. Toco tres veces en la puerta de cristal rosa y la canción se transformo en un susurro embriagador.....
       — ¡Alóooooo! ¿Sos Vos queridooo?
       — ¡Síiii, Llum!, digoo Luz...
       — Escuché tu cantó de sirena y como un bobo, me aproxime a escucharte.
       — ¡No seás tooonto y pasad! Tú lo que eres... Es dos veces bueno en Catalán...Jijijiji
       — ¡O sea, que soy Bobo pues! —exclamó, Hemis con una carcajada.
       La Galera, llegó al café de la Barceloneta. El conductor entró en el café, silbando una canción revolucionaria, echa para La Regenta. Fígaro, se estaba abrazando a Assís, —de forma fraternal, de despedida—. Se giro bruscamente y observó detenidamente al individuo, y empezó hacer sus cábalas de él, como de costumbre: Es un hombre de segundo orden, por su forma de vestir debe reunir entre sueldo y hacienda, cuarenta mil Reales de renta. Esa cinta atada al ojal y la crucecita; a la sombra de la solapa, dice de él, que es persona, en fin, de clase media. Propia de un conductor de Galeras.
       Creo menester, explicar escuetamente la diferencia entre los carruajes de la época: Las Galeras, son los carruajes de la clase acomodada. Entre sus viajeros podemos encontrar, a empleados que van a tomar posesión de su destino y los corregidores, que mudaban su vara. Como es el caso de uno de los viajeros, de este viaje a Egara —terrassa—. En los coches de Colleras, viajaban los poderosos; los Carromatos y las Acémilas, eran para las mujeres de los militares, los estudiantes y  los predicadores. Las demás gente, no viajaban.
        Luz, tras una corta charla con Hemis, disimulando su nerviosismo. Le indico qué tenía su yegua en las cuadras y con el desparpajo de su ser, le regalo dos beso y un hasta luego. Hemis, acompaño a Luz a las caballerizas y ayudo a ensillar a la bestia.
      Era un animal esplendido, blanco con sombras lunadas, su nombre era Afrodita, Diosa del Amor. Dicen que surgió del los mares, al recibir estos la sangre y la simiente de una generación divina. Afrodita en una Diosa traviesa y gatuna.
       Después de contemplar como se desvanecía su silueta, en al horizonte. Hemis, hablo con Jesús, el mozo de la cuadra y le indico el paradero del viejo ermitaño. Le pidió que ayudara a Pere, a hacer el traslado de los enseres de la ermita a la cueva. Y que después le acompañara a casa de S-huur.
        Cuando regreso a la puerta del café, Assís y Makdub, estaban acomodando el equipaje en el carruaje. Cuando teminaron, Hemis y Assís se instalaron en la cabina. Allí había un monje y una anciana de unos ciento cincuenta años. Shiva y Makdub, se sentaron junto al conductor y emprendieron la marcha.
       — ¡Bon día! —exclamó Hemis al tomar asiento—. Me llamo Hemis y éste es mi amigo Assís.
       — ¡Deú vos guard! —Dios os guarde, contestó el monje—. Soy Fray Antón y esta mujer la llamamos Madre. No sabemos su nombre, ni siquiera ella lo recuerda. Pero ¿Qué os trae por Egara?
       — Asuntos familiares, Fray Antón —exclamó distraído Assís, mirando por la ventanilla.
      El viaje fue corto, relativamente. La madre, roncaba más que el carruaje y Fray Antón, no dejo de tocar el rosario. Rezaba o intentaba leer la mente de nuestros amigos.
       La Masía era grande, de dos plantas con un pedazo de terreno, destinado al huerto: Los árboles frutales daban vida al verlos, junto a un naranjo había un estanque y una fuente de piedra. En sus aguas estancadas, bailaban unos nenúfares. Era un pequeño paraíso terrenal, detrás de la fuente cantarina, había una puerta de madera. El invernadero era transparente, y se podía ver en su interior; todo tipo de plantas exóticas y hierbas medicinales.
       — ¡Hola amigos! Me llamo S-Huur, pero me podéis llamar Dimoni. Luz y yo, ocupamos la parte de abajo, vosotros os alojareis en la segunda planta. Pero quiero advertiros, el único lugar que no podéis entrar, es el jardín botánico. Salvo conmigo claro, es peligroso y además hay un subterráneo donde medito y hago mis brebajes, por lo demás, considerarse en vuestra casa.
       — ¡Por supuesto! —objetó Hemis, rápidamente— ¡Cap -ningún- problema! Ni se enterará de nuestra presencia. Pensamos viajar mucho y estaremos poco aquí.
       — ¡Pues bien! ¿Que viajes son esos? —exclamó S-Huur—. Por aquí cerca supongo, si lo deseáis soy un guía perfecto. Conozco estos parajes, desde aquí al pirineo de Huesca. Cuando era joven, era guía de los terratenientes para sus cacerías y conozco todas las montañas y los Nemetus ¿Sabéis lo que son los Nemetus?
       — ¡Nooo! —balbuceó Hemis— ¿Qué son?
       — Los Nemetus, son los bosquecillos sagrados, donde habitan los Druidas. Ellos visten con túnicas blancas y portan un bastón mágico, tallado en madera de Tejo. Tienen grabados símbolos alquimistas, que les dan un poder fantástico. En Huesca, a los magos les llaman Ensalmadores, son como curanderos....¡Ay... Patria querida, de allí soy yo, amigos…!
       — Nos interesa mucho las montañas sagradas y los Nemetus ¿Sabéis alguno más, a parte de Montserrat? —preguntó Assís.
       — ¡Por supuesto! Esta el Pedraforca, el bosque de Gresolet. En cuyo interior, el tiempo parece tener otra dimensión. Allí el manto de las hayas, hace que se concentre en él, poderosísima energía, pero sólo podrá apreciarlo, los que estén preparados. La última vez que estuve allí, encontré un amuleto llamado Abraxas, que es un termino cargado de significados gnósticos... Expresa el conjunto de las 365 manifestaciones, atribuidas a Dios. Tiene forma de medalla con grabados cabalísticos y esotéricos de esa palabra.
       — ¡Aleshores! -entonces- Todo perfecto —objetó Hemis—, nos haría un favor si Usted quisiera servirnos de guía. Podríamos empezar mañana, iremos a las cuevas de Collbatò ¿Que os parece?
       — ¡Pero por el amor de Dios! Tutéame, me haces viejo sino. Bueno, claro qué sí, seré vuestro Mouner, como dicen los Árabes.
       — ¿Tú sabes, qué quiso decir con seré vuestro Mouner, Assís? —preguntó Hemis.
       — Sí, como te diría.... Quiere decir, qué será como la Luz que se ve en lo alto de una colina, como una guía en la oscuridad
       — Mi nombre, viene de Hemisferio, como los cerebrales y realmente me siento, como si fuera dos personas a la vez. Hasta hablo conmigo mismo, estoy un poco loco, lo sé...
       — No te preocupes Hemis,  a todos nos pasa algo parecido —siseó Shiva—. Lo que os explique del Átman y Brahman, viene a ser eso que dices. Nuestra lucha interna, contra lo que nos oprime. Contra los tabúes, a veces es bueno dejarse llevar por el otro Yo...
       — ¡Bueno, hijitos! Es hora de hacer un pensamiento, mañana nos espera un día esplendido por disfrutar......
        Hemis, se alojo en la buhardilla siempre fue su sitio preferido, lo más alto posible, como los gatos. Makdub e Assís, fueron a una salita desde la cual, se oía el murmullo de sus rezos resonar en toda la casa.
       Ashado Anna, La ÇIlaha, Il-la Llat. Wa Ashado Anna, Ohammadam, Rasul Alah, Assís Muslim. Handulíla Gi Arabi Ila Lamina Ragmen, Ragim.....
      Y después, el silenció de la noche. A las pocas horas, Hemis se despertó. El mismo sueño, el estanque, los sauces llorones, pero ella no estaba, —claro pensó, está en el Botellín— cogió su pluma y ensució el papel con sus devaneos:
       Sosegado destierro de esté despertar, abnegado en sufrimientos y repleto de recuerdos vespertinos, que afloran en mi ser, pero el sueño puede esperar. Y esta paz soporífica, tendría que recrujir como el danzar entre los trigales. Dicen que allí, donde nace el sol de los sueños, hay un viejo roble Alado; que se muere por volar, y siento el aplauso de la pasión en mis entrañas.
       Hoy renace en mí la belleza de un recuerdo, embotellado entre sueños. Hoy, puede no ser hoy y el tiempo no ser tiempo, ni la noche ni el invierno. Hoy nace un día de ensueños, ya que nadie es eterno, tenemos que ser uno, Luz de mi alma; ser el flujo de tus venas, ser el soplo de tú aliento, sentir el latir de tu seno  ¡Ay..Luz! Eres mujer altiva y arrogante, de cuyo talle hubiera que connotar; tú radiante color platino óxidoso. Ella, es lozana hechicera; de embaucadora mirada y sonreír profano. Cada mañana amaneces en mí mente, pavoneando tu cuerpo, ese que nunca vi y tanto deseo.
       Al alborear la mañana, Shiva hacía rato estaba meditando, junto al camino. S-Huur, se acercó sigilosamente; como un demonio negro y exclamó:
      — ¡Qué hijito! Contemplando el sendero o tú también rezas, como esos dos Musulmanes...
      — ¡Salud, amigo! Un poco de las dos cosas, yo soy Budista y hago meditación ¿Sabe usted?...
       — Será posible hijo... Llámame Demonio, Dimoni o lo que te plazca pero sin Señor, eso es para la gente de alta alcurnia.
       — Perdona Dimoni. Por cierto, porqué te apodan demonio. Por tú aspecto, más bien pareces un ave, como el Ave Fénix, pero claro sale entre las llamas, así que sí, Dimoni es apropiado para Vos ¿Sabes la leyenda, Dimoni?
       — Algo, pero no se bien bien, como es.... Cuenta, cuenta.. Shivita.
      — El Ave Fénix, en la época de los tiempos, cuando el hombre todavía se consideraba, un animal más de la tierra y era inferior a los demás. En ese momento remoto el Fénix, prendió fuego a su nido después de haberse instalado en él. Allí permaneció impasible entre las llamas y el humo, mientras las ramas verdes de palmera, recrujían y lanzaban chorros luminosos.

     La antigua Fénix, fue achicharrada como una viuda india, sobre la hoguera. Se redujo a cenizas, pero de entre las flamas, aparecía un huevo rojo, como una bola de hierro candente.  Al reventar el huevo, salió un Ave Fénix joven.... Su pelaje era impresionante: Alas de color escarlata y silueta dorada. Dicen que aquí en Montserrat, cuando una Dama, se entrega a Jinas, se convierte en ese Fénix Mujer, para poder resurgir al nuevo mundo, en las entrañas de la montaña.
       Algunas fábulas la sitúan después en Arabia, donde vive cerca de un pozo. Allí se bañaba todos los días cantando su canción y dicen que hasta el mismo Dios Sol, se detenía para oírla.
       La inmortalidad, es su premio junto a otras virtudes como el conocimiento, la capacidad de curar con sus lágrimas o su fuerza. A través de sus vidas enseña su saber, desde su origen al pie del árbol del bien del mal. A todos los buscadores del conocimiento, como parece ser Hemis.
       — Según Ovidio —objetó, Dimoni—. "Cuando el Fénix ve llegar su final, construye un nido especial con ramas de  roble y lo rellena con canela, nardos y mirra, en lo alto de una palmera. Allí se sitúa y entonando la más sublime de sus melodías, muere. A los tres días de sus propias cenizas, surge un nuevo Fénix y cuando es fuerte, lleva el nido a Heliópolis, en Egipto, y lo deposita en el Templo del Sol". Como el nuevo Fénix, acumula todo el saber desde sus orígenes, un nuevo ciclo de inspiración comienza.
       — Así es, amigo Dimoni... Además esta representada en diferentes culturas, como la china —el Fêng-Huang—, la japonesa —el Ho-oo— que no se refiere a ti S-Huur. También esta la rusa —el Pájaro de Fuego—, la Egipcia —el Benu—, la hindú —el Garuda—, e incluso en los indios de Norteamérica —el Yel—, o los Aztecas y Mayas —el Quetzal—.
       — Que curioso, pero no sabía eso que en la india, quemaban a sus viudas. Sabía de las brujas, pero me dejas encantado con tus fabulas, Shiva...
       — Bueno, por algo soy encantador de serpientes. Si puedo con ellas sin hablar casi, con las palabras me resulta más fácil. Cuando empiezo a contar historias, no hay quien me pare Dimoni. En fin, vamos a ver  si están listos los demás, tengo ganas de montar a caballo...
        Cuando llegaron a Matadepera, en busca de los caballos a penas hacía dos horas que había amanecido. Junto al establo había una pequeña masía, donde vivía el dueño del lugar, que era primo segundo de Dimoni.
       — ¡Bon dia i bon hora! —Boceó el primo, junto a un caballo negro platino.
       — ¡Hola primito! Como andan tus posaderas, en estos tiempos que corren...
       — Bien Dimoni, no me quejo gracias al Dios. Veo que venís en cuadrilla. Luz acaba de llegar y...
      — Sí, lo sé. Mira te presento a Hemis, Shiva, Makdub y Assís. Quisiéramos unos caballos, para pasear por Montserrat, por cierto ¿Como esta el patio por allí?
      — La Montse, esta como siempre, tan siniestra y bella. Por los caballos, no te preocupes, Luz se encargara de eso... Pero no os quedéis hay como espantapájaros amigos, vamos a tomar el desayuno. Le diré a Luz que prepare la mesa...
     — No se moleste —objetó, Hemis  
     — No es molestia, es hospitalidad. Estáis en vuestra casa
      Al entrar en el comedor, era la típica casa de pages; con el fuego a tierra caldeando un caldero. Mirna, bajaba por las escaleras, con su danza particular y a Hemis le dio un vuelco el corazón. Realmente aquella mujer le hacía estremecerse, tan sólo de contemplarla.
       — Este es Makdub —presentó S-Huur— es el músico del grupo y este Indio es Shiva, es encantador de serpientes... A Hemis, ya lo conoces. En fin ¡Luz, para la taula - pon la mesa!- Qué les espera un día lleno de sorpresas...
       Hemis, quedo de nuevo hechizado siguiendo los pasos de Luz. Fue distribuyendo los manjares, sobre el blanco mantel. Con su danza volátil, puso en el centro una bandeja repleta de viandas embutidas, el típico pan de pages o de pueblo, con tomate untado. El porrón de vino —Redoma de vidrio muy usada, para beber vino a chorro por el largo pitón, que tiene en la panza—. Se puso a freír huevos y a poner en las brasas pinchitos de ternera adobada y unas costillas de cerdo. 
      — Esto es un capricho, digno de Dioses —comentó, Hemis como siempre solía decir—. Menos mal que vamos a caballo, sino, haber quien anda después de tantos manjares.
        — No seás booobo, Hemis. Si tuviéramos tiempo haría carn D'Olla  —cocido catalán — Ahora preparare los caballos ¡Ay... queriiido! Me encanta montar, es mi afiçión, el ofiçio de mi padre era casar caballos salvajes, allá en mi querida Venezuela...
        — ¡No me digas, noia! Yo se montar lo justo y acabo baldado. Si no tienes que hacer, podrías acompañarnos y me enseñas el arte de la doma ¿Que te parece, Luz?
        — ¡Claro que sí, querido! Esperaba tú invitaçión, voy a prepararlo todo, ahorita nos vemos...
        — ¡Que pasa, Hemis! —preguntó Assís, cuando estuvieron solos— Te veo distinto, no sé, actúas y hablas, como ese otro tú, que hablabas la otra noche ¿No estarás enamorado, de esa chiquilla?
        — Sabes que te digo, Assís ¡Anna Farjan! —yo estoy feliz—. Quizá por primera vez en la vida, cuando estoy con ella, la contemplo y escucho su voz. Me suena a música celestial y corre un hormigueo por mi ser, que estrangula mi garganta, erizando los vellos de mi piel...
        — Así pues, esta claro. Estas enamorado, amigo, te acompaño en el sentimiento.
        — ¡Alóooo. queridos! —exclamó Lucía— Aquí tenéis vuestras yeguas, toma Hemis, ésta es para vos, Aún no tiene nombre, pero es muy espeçial...
        — Es preciosa, gracias. Me encanta el negro carbón de su pelaje...
        — Y ésta bellesa cobrisa, es Artemisa. Para vos Assís, como sabrás es la hermana de Apolo, es una cazadora que vive en los bosque y los montes sagrados, entre ninfas. Es una Diosa de iniciación, también llamada Hecate, Diosa de la muerte y de los pastos. Aunque era virgen, la luna le pertenecía por eso debe ser, que tiene esa luna blanca en el costado.
        Entre tanto, llegaron Makdub y S-Huur, preguntando por sus monturas.
      — Mira, Dimoni. Ésta es Niebla ¡Veeen guapita! —grito luz, llamándola—. Es tuya, negra y joven como te gustan. Además, tiene poderes que tenés que descubrir, como acudir a la llamada.
       Si la deséas te la regalo, después de mi Afrodita, es la mejor que tengo. Todas mis amigas tienen sus cualidades. Como sus nombres, estos no son dados al assar. Tú, Dimoni puedes sacar su jugo ya me contaras ¡Ah..! Por cierto, por la noche es como los gatos, por eso le puse niebla, se desliza en la boira, como si nadase en ella.
       — ¡Gracias, moza! Nunca podré pagarte este gesto tan noble...
        — ¡No digáaas, bobaadas abuelo! No me debes naada. Bueno mirad, ésta es Hérmes, para Vos Makdub. Es como Vos, el mensajero de los Dioses, el  que guía las almas al Hades. También, es el Dios de los ganaderos y del mundo rural. 
       — ¡Sucramm, bella mujer! —agradeció Makdub— Eres más sabia que bella, que Alá te proteja...
       — Y esta última es, Poseidon, la yegua macho, como dice Tomás, el barquero del río. Es para Vos Shiva, es el Dios de los terremotos, del mar y de los caballos. Tú nombre es un Dios, como ya sabrás, el de la destrucción. Para luego con ayuda de Jaino, renacer otro mundo mejor de entre los escombros...
       — Gracias Luz, eres una experta en Dioses, por lo visto.
       S-Hurr con Niebla, tomó la cabeza del grupo junto a Shiva y Poseidon. Le seguían Assís, con Artemisa y Makdub con Hérmes y cerrando el grupo. Charlando y riendo, iban Luz y su flamante Afrodita, con Hemis y Safo. El nombre que Luz, le había susurrado al oído de Hemis, con una sonrisa picarona. Ya qué, era una poetisa griega de Lesbos, qué amaba por igual a hombres y las mujeres. Y sino, llámala Titania, —dijo Luz después de su risita—. Es la reina de la Hadas...

       A Hemis, le gusto más Titania. Quizá porqué le gustaba la astrología, ya que es una de las lunas mayores de Urano, el séptimo planeta desde el Sol y uno de los más grandes. La yegua blanca de Luz, Afrodita, es la Diosa del amor. Dicen que surgió de los mares al recibir estos la sangre y la simiente de una generación divina, Afrodita como su dueña, es una Diosa traviesa y gatuna.
      Urania o Afrodita, es la Diosa del amor puro. Cuyos órganos sexuales, se dice fueron cortados por Crono. Éstos al caer al mar engendraron a la Diosa y los Céfiros la llevaron a Chipre. Allí las Estaciones la engalanaron y la llevaron a la guarida de los Inmortales.
       El juicio de  Alejandro o Paris, como fue llamado después, cuenta que cierto día La Discordia, lanzó una manzana destinada a la más bella de las tres Diosa: Atenea, Hera y Afrodita. Entonces Zeus, le pidió a Hermes que las llevara al monte Ida, para ser juzgadas por Paris. Cada uno expuso los argumentos de su belleza y ofreció un regalo; Hera, el reino del Universo, Atenea la invisibilidad en la guerra y Afrodita, la mano de Helena. Fue elegida Afrodita, pero a causa de eso se produjo la guerra de Troya. En fin, veamos que dice esta pareja:
       — La verdad Luz, me tienes encandilado y creo que nuestros destinos, se han cruzado por algún motivo ¿No crees?
       — ¡Estéee, síii queriidoo! Pienso lo mimo que Vos, tengo la sensaçión de que nos consemos desde la infançia ¿Te dije, nooo? Y porqué no deçir, me gustas, eres espeçial no séee... Siento más a tu vera ¿Entendés querido?
       — ¡Cla...clar-o, que sí! —Balbuceó nervioso— La otra noche, te escribí una especie de poema...
       — ¿Ah sí, de veras? Me encantan los verso, deçid pues, no tengaás apuuuros. 
¡Oh...Cazadora salvaje!
Deja que pueda ver en tus ojos
ese brillo lunar que embriaga mis sentidos.

¡Oh...Mi Diosa! Iniciadora de sueños
Tú sembraste en mí, la semilla de la esperanza
junto a ese amor verpertino y díscolo.

¡Oh...Mí gran contelación!
naciste bajo la influencia de Pléyades
Ella te dio, la energía vital para tú eternidad
para que llenaras de luz, ésta mí sombra

¡Oh...Mí Diosa Hécate!
Tú me has dado la muerte
para darme después la resurrección.
Tú renacer en mí, me hace creer en Dios.

¡Oh...Mí bella Virginiana!
Cada vez que tengo el placer de captar
tú luz interior,
vuelvo a ver la Luna en tus ojos
Que me dice, Tú nombre junto al mío.

¡Oh...Mi dulce Afrodita!
Amada del Alma, surgiste en mi vida
entre los mares del Norte
¡Oh...Traviesa y gatuna!
deja salir de tu interior la pasión
que florece en tus letras.
El Eco de tú mirar reverbera mi Amor
y el reflejo de tú risa
me da paz y llena mi vida.

Las palabra se las lleva el viento
las promesas las nubes
¿Y los sentimientos? ¿Quien se los lleva?
Seguramente el Tiempo
y tras las palabras y las promesas
surge el desengaño
y así como el roce hace el cariño
el Tiempo, va creando tú destino.
Tengo la esperanza presa de ilusión
y pienso que algún día
encontraremos la felicidad y la belleza
aunque sea tras los espejos de tus sueños.

       — Y eso es todo. Es una pequeña parte de lo que siento por Vos...Llum del meu cor.
       — ¡Ay..., mí amoooor! Que Belliiisimo que fue, escribiiiirlo y me lo pasáas ¡O.K y prometeeerme que seguiras diçiendo esas palabras tan Liiiidas.
       — ¡Claro! eres la fuente de mí inspiración —confirmó, con la cara roja como un tomate.
       Mientras tanto, Assís y Makdub, parecía que iban rezando entre dientes. Sin embargo, Shiva y S-Huur, hablaban sin parar:
       — ¡Oye Shiva! Mira ahí detrás, a ese par de tortolitos. Parece que Hemis, le esta tirando los tejos a Luz ¿No...? —exclamó con su sonrisa sarcástica.
       — ¡Yo... Creo que sí! Por cierto, Dimoni ¿Sabías que esa expresión de tirar los tejos, viene de los Celtas? —insinuó risueño.
      — ¡No, a ver! Cuéntame, eres un pozo de sorpresas, Shivita...
      — Viene de la costumbre de enramar los tejos. Y todavía hoy en día, se coloca un ramo de hojas y ramas de tejo, en la puerta o ventana de su amada. El día del solsticio de verano —el 21 junio—. Sí la respuesta es positiva, las jóvenes devolvían a sus pretendientes semillas de tejo...
       — Es increíble Shiva ¿Como sabes tantas historias...? Pero dime, explícame alguna leyenda...
       — ¡Bueno, veras! Te narraré la historia que leí de un sendero legendario. Al Noroeste de las islas se llega a la tumba de Merlín; es una galería tapada, de la que sólo quedan tres piedras.  Sin contar con la losa superior que fue destruida, según dicen por la Inquisición, en la guerra de los cien años. El paisaje es un modesto Crómlech, rodeado por un circulo de piedras. Trazado según la mitología, por el hada Viviana, en nueve círculos mágicos —el nueve, numero sagrado de la mitología, también era el triple ternario de los Templarios, que anunciaba el final de un ciclo—. Detrás del Dolmen, hay un Tejo que esta todo el año florecido.
       Éste, da sombra y ofrece su ramajes para las ofrendas de las gentes, que vienen de todo el mundo. Es… Como te diría, una árbol de navidad y así cuelgan los deseos, en ese árbol milenario.
       A pocos metros de allí, esta la fuente de la juventud, donde dicen, se consigue la vida eterna. Ese es un valle sin retorno, en el fondo hay una grieta grande de granito púrpura. Y en lo más sombrío Dimoni, estaba el habitad del hada Morgana. Bella entre las bellas, como Nefertiti. Ella, hacía presos a los infieles, y como confirma la leyenda el Rey Arturo, tuvo problemas con Ginebra, su esposa. El valle genera siniestros sonidos, que evocan las piedras maldecidas. Sigue un camino empedrado hasta una explanada, donde esta la casa de Viviana, otra construcción megalítica en forma de cofre. Ella como sabrás era la compañera de Merlín. Siguiendo el sendero, se llega a un cruce de caminos, donde hay una extraña cruz de piedra, llamada la cruz de Loka. En el centro, de un claro del espeso bosque, hay tres Menhires impresionantes, de unos dos mil años antes de cristo. Es conocido como la tumba del gigante y cerca de allí, hay otro Menhir tumbado en el suelo.
        Más adelante, se llega al castillo de Tresson, enclavado en lo más fondo del paraje. En medio, hay un lago de aguas negras y fanganosas. Allí se recrea la leyenda de una Dama Blanca y del asiento de Aamon, el márques del infierno. Él, explica los sucesos del pasado y del futuro. Allí, se dice que los caballeros practicaban la alquimia, así como la fuerza esotérica de la natura. En esos mismos bosque Dimoni, en la mañana del solsticio de verano, el primer rayo de luz asola por la parte lateral y proyecta en el altar de un sencillo oratorio, la confirmación divina de los frailes Templarios...
       De repente, S-Huur, paro la comitiva y blasfemo. —¡Por todos los Diablos! Aquí hay un manantial, relajémonos y que pasten y beban los caballos—. Hemis se acercó y les tendió la bota de vino.
       — ¿Queréis un trago?
       — Sí —exclamó, Shiva— Tengo la boca que parece una alpargata.
       — Yo no quiero, gracias. No bebo alcohol —cacareo S-Huur, en un suspiro de añoranza.
      — Eres como los Musulmanes ¿O qué?
      — No, hijito, no. La verdad, es qué yo sólo me he emborrachado una vez y me duro quince años.. Jajaja... Nunca tuve resaca. Yo he tomado de todo, hasta me he inyectado alcohol en las venas ¡Qué, no me crees! —insinuó irónico — ¡Ay.. Si yo te contara!, no pararía en todo el día. Mira yo lo he tenido todo...

2 comentarios:

  1. El titulo te inspira a buscar al personaje...lo encuentras y lo relacionas con la sabiduría de Shiva...Hemis florece con su romance...Luz reluce con su chispa.....muy bien amor...besos...

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    1. jijiji bo es con el que hace mas migas el dimoni... y ese par de dos hay estan con sus cousas jijiji...gracias vida... te amoooo

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